Seguimos presentando cartas de la proxima edición en castellano. En esta ocasión y nuevamente de la mano de ACV y DEVIR, Reds Independents, o lo que es lo mismo, Rojos Independientes. Una carta de esas que hace daño al jugador soviético al igualar la influencia soviética en uno de varios de los paises de Europa Oriental, quizá menos potente que Doctrina Truman, pero que puede servir al jugador americano para complicar las cosas al soviético en Europa.
En cuanto a la carta, si una figura representa a los rojos independientes es Josip Broz, Tito, la otra figura podría ser el líder albanés Enver Hoxha, ¿por qué Albania no aparece en el Twilight Struggle?. Curiosamente al acabar la Segunda Guerra Mundial Yugoslavia y Albania parecían las más claras candidatas para caer bajo la influencia de Moscú, pero fueron los dos paises que más lejanos se mantuvieron de las directrices del Kremlin.
Tito, quizá la primera vez que tuve noción de su importancia fue cuando ví Underground la película de Emir Kusturica. Me fascino ver imagenes reales del funeral de Tito. Allí estaban todos, desde Margaret Tatcher a Brezhnev pasando por Arafat y Carter . En fin el primer, el segundo y el tercer mundo. Por algo sería. Que Yugoslavía apenas si sobreviviera a Tito también es algo que habla mucho de él, supongo.
Pero al ser una figura de la que apenas tengo referencias directas dejo un comentario sobre él que aparece en Bandera Roja de David Priestland (Crítica, 2010).
La confianza en si mismo de Tito y su instinto político le ayudaron a establecer un regimén comunista independiente, libre del dominio soviético. A diferencia de los grupos rivales, los comunistas insistían en la armonía multitnica, lo que daba a su mensaje muco gancho tras los terribles conflictos entre serbios y croatas durante la guerra. […]
El Partido Comunista Yugoslavo fue expulsado de la Cominform _el organismo internacional que sustituyó a la Comintern- el 28 de junio de 1948, aniversario del atentado contra el archiduque Franz Ferdinand en Sarajevo. En realidad, ninguno de los dos bandos quería la escisión; para Tito fue un «amargo golpe psicológico e intelectual» que, según creía, le provocó la inflamación de la vesicula biliar que lo martirizó durante el resto de su vida; pero también daño la autoridad de Stalin en Europa central y oriental: un dirigente comunista le había hecho frente y había sobrevivido.